Este fin de semana, aprovechando que iba a hacer buen tiempo y hacía varias semanas que no salíamos de Palermo, cinco personajitos como eramos Nora, Lorena, Bea, Karol y yo, nos decidimos por hacer un viaje por el sur de Sicilia, parte que todavía ninguna de nosotras conocía. Y así fue, como empezó nuestro gran viaje con grandes recuerdos e increíbles anécdotas, porque esta isla cada día te puede sorprender más de lo que te imaginas.
El sábado por la mañana cogimos el coche por un módico precio de 58 euros dos días, es decir, casi unos 12 euros por cabeza, cosa que no sabíamos antes que te podía salir tan barato y que a partir de ahora vamos a utilizar con mayor frecuencia los fines de semana, porque es un precio buenísimo. Así pues, después de volvernos locas puesto que las señalizaciones esta isla brillan por su ausencia o las colocan en alguna zona donde su visión es absurda o mejor todavía, las colocan al revés como hemos tenido el lujo de ver, o mejor, te empiezan a indicar un camino y de repente desaparecen las señalizaciones y tienes que adivinar que camino seguir, jugando todo el tiempo a probabilidad de acierto... o que las pocas que hay nunca vienen los kilómetro que faltan, esto último que me cabrea bastante porque nunca se puede calcular cuando nos queda para llegar a un sitio...así que todo viaje por esta isla, la aventura está asegurada cien por cien.
Así pues, la primera parada que hicimos fue Siracusa donde comimos el plato típico de esa ciudad, el cuscus con carne y pescado, aunque parezca mentira y sea un plato típico árabe, con todas las mezclas que tiene esta isla no debe extrañar que sea también un plato típico de esta zona de Sicilia. Es una ciudad muy bonita, sobre todo la parte de la isla donde se encuentra antigua y por la que debes pasar por un puente para poder acceder, así como el tempo de Atenea que ahora lo han convertido en la catedral del pueblo pero que cuando se entra se pueden ver las columnas gigantes de piedra y la distribución de un templo que es impresionante.Y como no, por la tarde fuimos a visitar las ruinas romanas de Siracusa donde se puede ver un anfiteatro y un teatro con unas vistas espectaculares porque detrás de estas construcciones se puede ver el mar, asi que ya os podéis imaginar lo bonito que tenía que ser ver una obra de teatro con esas vistas...La verdad que es un pueblo muy bonito al que recomiendo a todos que visitéis.
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L'orecchia di Dionisio |
De allí, nos fuimos camino a Noto, ciudad que nos dejó alucinadas puesto que por fuera nunca se llegaría a pensar que podía ser tan espectacular por dentro con edificios burgueses, típicos balcones sicilianos, una catedral impresionante, etc, en fin, se veía que era una ciudad de burgueses y bastante turística, pero aún así, está tan bien conservada que nos encantó.
Y a partir de aquí, empezó nuestra odisea puesto que empezó a anochecer y no teníamos ningún sitio todavía para dormir, así que nos pusimos manos a la obra y empezamos a ir al sur más oriental, puesto que pensábamos que sería un estilo a Finisterre y encontraríamos playas muy bonitas para poder acampar...pero esto nunca apareció y todo lo que pudimos encontrar fueron playas privadas, porque esto es una de las cosas que me entristece muchísimo de esta isla tan bonita. Tiene unos paisajes espectaculares, donde se puede jugar con montañas, playas, bosques, volcán, nieve, etc., pero todo lo tienen privatizado para que los sicilianos no lo puedan disfrutar, es decir, para ir a las playas tienes que pagar porque pertenecen a un camping, a un hotel, a un restaurante, etc y así con todo, y esto es una cosa que nunca llegaré a entender por qué es así porque al final solo disfrutan de esta isla los turistas...pero claro, aquí está el problema, los sicilianos te reconocen que esto es así y no hacen nada por cambiarlo. La verdad es que he aprendido que los sicilianos son bastante conformista en este aspecto, igual porque es lo que han vivido toda su vida y lo ven como algo normal, pero sinceramente es muy triste.
Así que nada, después de estar 2.30 buscando una playa, teniendo por medio, caminos imposibles donde casi el coche se nos queda estancado, preguntas de sitios para dormir a las personas más extrañas de los pueblos con alcohol incluido, etc., encontramos un camping...pero como estaba todo apagado, supusimos que estaba cerrado y ¿cuál fue la solución? dormir en la puerta del camping colocando el coche de tal forma que escondiera la tienda y a nosotros, gran solución si señor. ¿Cuál fue la situación surrealista de ésto? que al día siguiente, el dueño del camping, si si, como leéis, el camping no estaba cerrado, intentaba salir de su recinto pero como nosotras estábamos durmiendo en la tienda e impidiendo el paso de acceso y salida, pues nos tuvo que despertar el pobre hombre y encima decirnos que cuando pasara el coche, que nos nos preocupáramos que podíamos seguir durmiendo porque ya no quedaba nadie en el camping...ya os podéis imaginar la cara de vergüenza que se nos quedó cuando nos dimos cuenta que el camping estaba abierto, que el hombre nos ofrecía quedarnos y que nos dijera de por qué no habíamos llamado al timbre del camping, timbre que no habíamos visto ninguna de las 5 y que casi nos come, pero bueno, es lo que tiene los viajes con organización del día antes :D, ¡son los más emocionantes!
Mañana os cuento la segunda parte que no tiene desperdicio!!!!:)