sábado, 5 de noviembre de 2011

Viaje a la isla de Levanzo

Aprovechando el maravilloso puente que tenía en la escuela, nos decidimos un grupo de amigos a visitar la isla de Levanzo, una isla que peternece a la Isole de Egadi que está formada por 3 (Levanzo, Fabignana y Marettimo). La isla que decidimos visitar, es la más pequeña pero a su vez, la más salvaje. Perfecto para  nuestra idea de hacer camping puesto que el control para acampar es muy pequeño porque la isla solo tiene un pueblo y la gente no se preocupan mucho por ver que podemos hacer, es decir, no están muy acostumbrados a grandes visitas turísticas.
Así pues, nos preparamos y nos fuimos dirección a la isla: un suizo/peruano, si como oís, es un suizo que está haciendo la erasmus en Palermo y su padre es suizo y su madre peruana; Nora, una amiga española de erasmus; Dario, mi compi de piso; Pippo, mi vecino y 4 amigos de Trapani (Paolo, Fabrizio, Bito y Manuela), ciudad que se encuentra justo en frente de este archipiélago. Ya os podéis imaginar la gran inmersión de italiano que nos metimos ese finde porque no teníamos otra opción para hablar. Estuvo muy bien para practicar las 24 horas y como no, conocer más de la cultura y tradiciones de este país.
El grupo del amor :)
Levanzo
En un principio, dudamos si ir a las islas porque pronosticaban un temporal bestial que venía del norte de Italia y que había causado muchísimas riadas...pero bueno, al final nos decidimos después de hacer una larguísima votación de 3 horas porque tengo que decir que los italianos se toman su tiempo para todo, a veces demasiado... y puede llegar a desesperar, pero bueno, ellos mismo son coscientes de ello y te lo dicen sin ningún problema, son indecisos y tranquilos como los que más. Pero bueno, la idea de ir finalmente a la isla fue lo mejor que hicimos porque no hubo mal tiempo, todo lo contrario, yo volví más morena y todo.

Tambíen fue un acierto ir porque justamente ese finde era el último para utilizar el maravilloso bono que tenía Frabizio, uno de los amigos de Trapani, puesto que nos consiguió los billetes para ir a la isla por solo 0 euros!!!si si, normalmente cuesta solo la ida 9 euros en barco, es decir, un total de 18 euros todo, pero con ese abono, podíamos ir gratis y como decía, justo ese finde era el último porque a partir de noviembre, solo podràn utilizar ese bono personas de la familia, nadie más, así que tuvimos mucha suerte porque es un billete muy caro para donde se encuentra la isla, a solo 20 minutos de Trapani, increible...Además, si no vas con la idea de acampar...no es muy rentable porque el pueblo pesquero es tan sumamente pequeño pero a la vez tan bonito, con sus casa blancas y puertas  y ventanas azules, que solo hay dos bares y no hay hoteles y sería para ir solo un día, nada más. Para que os hagáis una idea,  era más pequeño que Mandín, que ya es decir.


Isla de Levanzo
Ya en la isla, gracias a nuestro guía maravilloso Paolo, fuimos a un pinar precioso donde podíamos acampar sin miedo a que nos pudieran molestar o echar, y allí nos fuimos con toda nuestras cosas que no eran pocas...parecía que nos íbamos una semana de vacaciones, nos pasamos un poco con tanta manta, plásticos contra la lluvia, comida...y ¡como no!una cacerola porque para los italianos un día sin pasta no puede ser y tenía como objetivo hacer una allí (y así fue). Son increibles la verdad... Tengo que decir, que para mi, lo mejor de este sitio, eran las vistas del pueblo, de una playa preciosa y a la montaña tan bonita que tenía. Asi que nada llegar, nos pusimos manos a la obra y montamos las tiendas de campaña porque a las 6 ya era de noche y nos pusimos a coger ramas para hacer nuestro maravilloso fuego porque todos estábamos un poco asustados por miedo a pasar frío por la noche pero para nada...es alucinante que a finales de octubre, estuviéramos con una sudadera sin ningún problema y poder darte todos los días un baño matinal en el mar, ¡increible!. 

Nuestra gran preparación para acampar :)
Tres horas para organizar el desplazamiento
Pinar con las tiendas

Nuestra hoguera





Después de todo el trabajo de organización de las tiendas, cocina, etc nos pusimos manos a la obra y nos pusimos a cocinar una maravillosa pasta de aceite, aceitunas, tomate y ajo. Nunca pensé que una cosa tas simple estuviera tan tan buena. Y después un poquito de sesión de música con nuestros músicos que no eran pocos en el grupo. Paolo llevó su lira y pandereta siciliana; Pippo su guitarra que se iban pasando por todos porque todos la tocan, hasta el suizo. La verdad es increible la cultura de tocar un instrumento que hay en esta isla, todo el mundo que conozco toca un instrumento y está metido en ese mundo, ¡es algo que admiro mucho de aquí!.
 
Pandereta siciliana

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Bueno hoy ha tocado contar un poquito del primer día. Mañana seguiré contando el viaje que no tiene desperdicio y merece la pena darle varios días para contarlo!!!




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